Casa Palacio de los Condes de Bureta

   Me encanta viajar y cuanto más lejos mejor, aunque no he hecho más que un viaje largo de verdad para mí, a Nueva York y tan sólo una vez. Pero hay ocasiones en las que también apetece quedarse cerca de casa y disfrutar de los lugares que tenemos al lado y que no apreciamos lo suficiente precisamente por eso, porque son demasiado cercanos.
   Este verano visité un lugar muy cercano a casa y que es fantástico por lo precioso y también por su historia tan maravillosa. En la localidad de Bureta, un pueblo de la provincia de Zaragoza, a tan sólo 65 kilómetros de la capital podemos encontrar una Casa Palacio impresionante.
   No se si conocéis la historia, pero durante la Guerra de la Independencia en Zaragoza hubo una serie de heroínas que defendieron la ciudad y ayudaron a los enfermos. La más conocida es Agustina de Aragón pero no estaba sola, una de sus compañeras fue la Condesa de Bureta, dueña de esta Casa Palacio.
   Hoy podemos visitar este Palacio y ver todas las estancias, legajos, libros, muebles... incluso si tenemos suerte quizás aparezca el fantasma y si tenemos más suerte todavía el actual Conde nos acompañe en nuestra visita. Aunque verlo no es difícil ya que suele estar en el bar sirviendo las bebidas a los visitantes y su hermano en la cocina del restaurante preparándonos unos platos deliciosos. También podemos dormir en la parte del palacio que tienen dedicado a casa rural pero tranquilos que ahí no hay fantasma.
   Si queréis saber más sobre la Casa Palacio de Bureta podéis visitar su página web Condado de Bureta y conocer toda la historia de esta familia que con mucho trabajo y esfuerzo mantiene viva una parte muy importante de la historia de Aragón.
   Yo he ido muchísimas veces, de hecho ya me reconocen cuando voy y eso es algo fantástico para mí, a pesar de ir tan sólo una vez al año. Os recomiendo esta visita ya que no sólo es precioso el lugar sino que además todas las personas que nos atienden allí son maravillosas, muy educadas y respetuosas.
   Visitadlo y vereis como tengo razón. ¡Ah! y en la terraza podemos estar con nuestra mascota sin ningún problema siempre que se porte bien, mi princesita se sintió allí como una reina.
   Un beso,
   ©  Patricia





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