El refugio alpino

   No es que me haya ido a la montaña a pasar el fin de semana y os quiera enseñar la cabaña en la que voy a pasar la noche, no es eso. Como ya sabéis estoy enferma así que no puedo ir a ningún lado y aunque pudiera no se si iría a la montaña porque soy más de calor. Con lo cerca que tengo el Pirineo he subido unas seis veces en toda mi vida y no tengo ni idea de esquiar. Ya se que es un pecado pero es que a mí me gustan las ciudades, el campo y la montaña no me atraen mucho aunque reconozco que tienen mucho atractivo y quizás algún día me anime a aprender a esquiar.
   En Zaragoza está El Refugio Alpino (San Vicente de Paúl, en el Casco Histórico), un restaurante en el que se pueden comer las salchichas más grandes que he visto en mi vida, unas ensaladas enormes y un queso empanado que está buenísimo. Lo que menos me gustó fue el postre ya que no se puede elegir, ellos te ponen lo que les apetece; y las cantidades son exageradas, no necesito ni la mitad de comida para pasar un día completo, así que mucho menos para cenar.
   Aún así cenamos muy bien y lo que más nos gustó fue que llegaron los Reyes Magos mientras cenábamos, era la Noche de Reyes y nos hizo la misma ilusión que cuando éramos pequeñas y los Reyes Magos venían a nuestra casa a darnos los regalos. Porque en mi pueblo, cuando yo era pequeña, esperábamos a los Reyes Magos despiertos y nos daban los regalos en mano, éramos los niños más afortunados del mundo porque tomábamos algo con ellos y nos conocían de maravilla.
   Un beso,


 

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